miércoles, 3 de octubre de 2012

Carta al cuerpo de...

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1 de octubre de 2012


Queridos compañeros:

Esta propuesta de escritura presentada al grupo se basa en la carta al cuerpo, un ejercicio del dramaturgo Enrique Vargas que propone poner en la voz de cada participante su memoria personal a través de las huellas del cuerpo. ¿Cómo hablar de las pieles del cuerpo con capas que descubra un cuerpo personal? Con la intención de reconocer el tiempo, el espacio, las tensiones culturales y sexuales referidas al cuerpo convocamos sus territorios para activar el terreno de creación en el laboratorio, para reconocer nuestra voz quizá en cuerpo que es social. Partiendo desde algo tan íntimo y sin embargo, con la intención de abrir y desplazar la aproximación al cuerpo propio hacia el cuerpo del otro. Con la posibilidad de trabajar en un Parque Arqueológico de San Agustín, y no solo en el lugar, sino en la coyuntura de la celebración de los 100 años de investigaciones arqueológicas de ésta cultura indígena, emerge la necesidad de partir del cuerpo como sitio específico para la preparación de los proyectos en marcha.

Don Nelson, participante del laboratorio, describe entre su deseo de ser parte del grupo, su vida y su trabajo, la posibilidad de un taller donde le enseñe al grupo cómo reparar objetos en desuso: radios, bocinas, circuitos, computadores, bombillas, latas que vaya trayendo aleatoriamente el grupo. Su proyecto no sería el mismo si unas horas después no nos hubiese compartido en su carta al cuerpo cómo a partir de imágenes de su infancia, revela los castigos sufridos por sus profesores de escuela. Imágenes de cicatrices, huellas inscritas que quieren ser reparadas. La voz de Nelson se apaga por causa de un grave dolor de muelas.

La arqueología que hace Foucault acerca de los castigos en el cuerpo es una arqueología análoga a la del artista Jose Alejandro Restrepo de las imágenes religiosas y de la violencia en Colombia. Una colección de imágenes dónde la violencia sobre el cuerpo está inscrita en gestos actuales y reconocibles en la iconografía católica y más concretamente, de la Nueva Granada. Una gramática del cuerpo desde el sufrimiento es rastreable en la Historia del Arte, está presente en las imágenes religiosas de los santos de las iglesias de Neiva así como en los performances de Marina Abramovic. El castigo deja huellas en la duración de los cuerpos que traza un cuerpo más allá del individual.  Ese más allá nos toca en las palabras de Don Nelson y nos ilumina como una posibilidad de investigación y de reflexión sobre aquello que nos deja el dolor y sus huellas.

Así mismo, el placer del cuerpo y la celebración de la vida aparece con los textos de otros participantes
que invita a reconocer el cuerpo como un viaje de la sensación. Desde una primera impresión ese placer de recorrer todos los rincones del cuerpo comienza a revelar desde el amor por el espejo hasta el binestar por la consciencia del cuerpo recuperada a través de la escritura. Ya en una segunda piel, los textos comienzan a revelar pliegues donde ese placer se confunde con cierto malestar, con reclamos  e interrogaciones a un cuerpo femenino o masculino deseado o rechazado por sus enfermedades y sus defectos. Este terreno de investigación abre varias vías de aproximación a problemáticas del cuerpo social, como lo veíamos desde el castigo, el cuerpo en las sociedades de control.

La anatomía del dolor y del placer aparecen en cada uno de las voces, trazando una conducta perceptiva, una actitud que comienza a ser compartida en el grupo hacia una nostalgia del cuerpo y una emergencia del mismo. La estrategia de reparación, como una estrategia artística y de relación con el grupo, convoca a otra relación entre el cuerpo y el espacio, el cuerpo y la memoria en tensión con el gesto institucional de retirar temporalmente unas esculturas del parque. Que las esculturas de San Agustín sean transportadas a Bogotá, abre para el grupo la posibilidad del despojo que un gesto de celebración, como son los 100 años celebración de la arqueología de la cultura agustiniana, se inscribe de manera recurrente en el cuerpo. Néstor, otro participante, habla entonces de restaurar no sólo los afectos, sino el mismo nombre de una cultura precolombina que recibe el nombre de un santo.





Sin proponérnoslo, el cuerpo reluce como territorio que convoca la acción de resistencia. Una de las propuestas del taller de cuerpo con el grupo parte de un ejercicio de escucha donde se pierde el privilegio de la vista para percibir el espacio del otro y con la idea de tocarlo para escucharlo. Enrique Vargas convoca mediante éstos ejercicios la posibilidad de una escucha activa del cuerpo del otro como condición de la obra de arte. En varias versiones del ejercicio uno de los participantes es incapaz de cerrar los ojos. La desconfianza, argumenta al final, parte de la vergüenza de ser observado y no observar cómo lo observan. La vergüenza y la resistencia son dos materias que hacen parte del territorio del cuerpo que convocamos, son una materia de investigación que queda trazada en los límites entre resistencia y despojo de la cultura.

Ahora me surge la pregunta: ¿cómo desplazar las escrituras del cuerpo a las escrituras del espacio y cómo devolver un gesto simbólico del despojo un gesto de resistencia y así por delante?

Violeta Ospina

Links de interés:

*Restrepo, José Alejandro. Cuerpo gramatical. Universidad de los Andes, Departamento de Facultad de Artes y Humanidades. Bogotá, 2007.
*Charla "Habeas corpus" curada por Jaime Borja y José Alejandro Restrepo
http://www.youtube.com/watch?v=2LJ38mml5ow&feature=related 
*Teatro de los sentidos dirigido por Enrique Vargas: http://www.teatrodelossentidos.com/eo/intro.php
*Descarga "Arte y multitud" de Toni Negri: https://n-1.cc/mod/file/download.php?file_guid=1254931

3 comentarios:

  1. la celebración que se aproxima no es exactamanete por los 100 años del descubrimiento de ésta cultura indígena (San Agustín), sino por 100 años de investigaciones arqueológicas en San Agustín.

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  2. "Sólo en nuestra mente se encuentran presente pasado y futuro: la memoria (presente del pasado), la intuición (presente del presente) y la espera (presente del futuro). En el alma es donde se mide el tiempo."
    San Agustín

    ¿Cómo restaurar el tiempo de un cuerpo despojado?

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  3. Cambiemos alma por cuerpo y continuemos por restaurar un nombre que ha sido impuesto desde la teología cristiana por uno que comparte la riqueza del tiempo del filósofo San Agustín y por otro que repite un nombre jamás oído por una cultura que todavía espera ser nombrada.

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